Los residentes de Pedro Aguirre Cerda, en Santiago, se enfrentan a una situación alarmante de violencia y delincuencia que ha llevado a la imposición de medidas extremas por parte de la comunidad. En este barrio, los habitantes lidian diariamente con una serie de hechos delictuales, incluyendo balaceras, asaltos, robos y encerronas, que han generado un clima de inseguridad generalizado.
Las autoridades locales reconocen que la situación de delincuencia está fuera de control. En el sector, la mayoría de las cámaras de seguridad municipal han sido vandalizadas por los propios delincuentes, lo que dificulta la recopilación de pruebas y la identificación de los responsables. A pesar de esto, las pocas cámaras que han logrado registrar los actos maliciosos evidencian la gravedad de la situación.
Ante esta realidad, los vecinos tomaron la iniciativa de imponer un toque de queda voluntario hace un mes, y ahora están exigiendo a las autoridades un estado de excepción acotado para enfrentar la crisis de seguridad. Los delitos, que antes se perpetraban en horas de la noche, ahora ocurren a plena luz del día, incluyendo el desvalijamiento de autos, robos de vehículos en marcha y asaltos a transeúntes.
Un joven patrullero amateur afirmó que los líderes de las bandas más peligrosas, como el Tren de Aragua, Los Gallegos y Los Caracas, recluidos en la Cárcel de Alta Seguridad, han enviado a sus soldados para intensificar la actividad delictiva en la zona.
Según estadísticas del Sistema Táctico de Operación Policial, en lo que va de este año se han denunciado 214 robos en Pedro Aguirre Cerda. Ante esta situación, el alcalde, Luis Astudillos, coincide con el diagnóstico de los vecinos y exige la implementación de medidas más enérgicas, incluyendo «una policía de control de armas», para combatir la delincuencia y devolver la tranquilidad a la comunidad.